Es la pebeta mas rechiflada
que en el suburbio pasó la vida;
Es la percanta que fue querida
de aquel malevo que la amuró.
Es el orgullo del barrio entero,
tengo una fe que es su ilusión,
pues es criolla, es milonguera,
quiero a su hombre en el corazón.
En un bulín mistongo
del arrabal porteño,
lo conocio en un sueño,
le dio su corazón.
Supo que era malevo,
lo quiso con locura,
sufrio por su ventura
con santa devoción.
Ahora, aunque la faje,
purrete arrabalero,
ya sabe que lo quiero
con toda su ilusión,
y que ella es toda suya,
que suyo es su cariño,
que de ellos era el niño
obra del metejón.
Por ser derecho es su hombresito
arrabalero de Puente Alsina;
se juega entero por esa mina
porque la sabe de corazón.
Pero si un día llega a engañarla
como hacen otros con sus mujeres,
esta minucha que ríe y canta
llorara siempre por su traición.